Las explotaciones mineras de la zona y otros intereses de nuestra sociedad han acabado casi por completo con este paraiso, quedando en la actualidad apenas unas pocas hectareas en pequeñas zonas. En un texto del libro que extraje la mayor parte de toda esta información decía: "Con anterioridad éste era un ecosistema de marisma de caracteristicas similares a los de otros de la costa cantábrica, sin embargo en la actualidad se nos presenta como un terreno totalmente saneado en el que se han implantado usos industriales, comerciales, agrícolas, etc., no habiéndose conservado vestigios de las antiguas marismas."
Se supone que desde Astillero hasta Parbayón bastaría con un altímetro para poder determinar cuales eran las zonas de marismas, pero no sería del todo posible.
Las extracciones de hierro en la periferia convertieron las marismas en herramientas de los mineros, eran gigantescas bañeras donde podían limpiar
sus estracciones, en el último siglo de la minería se utilizaba agua a presión para separar el hierro de la tierra, nunca salía el hierro sólo, siempre era con
tierra pegada casi en una proporción del 70% de tierra, y tras el lavado, esa tierra convertida en fango se iva acumulando en los fondos de las marismas hasta
llegar a taparlas en la mayoría de los casos. Incluso algunas zonas habitadas corrieron esa misma suerte pues en el libro se puede leer; "...Constituía un nucleo de
poblacion con once viviendas y algunas cuadras, así como multitud de pequeñas parcelas particulares y vastos terrenos comunales, y que fueron sepultados por fangos procedentes de los lavaderos".
La ría de Solía en la actualidad, totalmente aterrada por los vertidos de fangos.
En otros casos se aislaron cortandose su comunicación con el mar para poder desaguar a las rías el agua
que utilizaban, ya que, a partir de 1900 las diversas protestas de los vecinos de la zona por el estado de
las rías, produjeron un dictamen del gobierno en el que exigía clarificar las aguas antes de proceder a su
desalojo en las rías, pero, para ello recomendó la utilización de estanques de sedimentación o marismas.
Aunque, ya con mucha anterioridad se hacían concesiones a las empresas mineras de las marismas para su utilización,
pues aparte de poder recoger algunos juncos no se las encontraba mayor utilidad.
Los fangos llegaban a marismas alejadas de las zonas mineras gracias a unas bombas y canalizaciones que repartían
los fangos en varios kilomentros a la redonda.
A continuación algunas zonas que en su día fueron marismas.